El hecho de vivir en un pueblo hermoso y remoto tiene,
para aquellos adolecentes enjambrados en una instintiva curiosidad musical en
tiempos de una tecnología obsoleta, sus cosas positivas y negativas. En primer
término te diría que despierta una pasión verdadera por la musica que durara
toda la vida y en segundo plano se podría decir que uno vive aislado de toda
vanguardia y actualidad posible quedando rezagado del mundo en el que vive.
Pero a veces la suerte transcurre de maneras ocurrentes y cuando uno ya esta
aletargado casi rozando con el olvido de lo que realmente quiere, una banda de
completos desconocidos llega a tus tierras para rockear las canciones de su último
disco (Libérenme) por cábala, si por
pura cábala, ya que el año pasado habían venido por alguna razón para hacer una
especie de retiro previo a una gira en la que, según dicen, les fue
espectacular. Y fue así como conocí a los Vetamadre en mi Claromeco querido.
Recuerdo que transcurría el verano allá por
el año 2005(?) y mas allá de trabajar en una heladería nada interesante sucedía por aquel
entonces y gracias a una amiga me entere que tocaban una noche en El Búho Pub. El lugar yacía
completo, tanto que solo nos dejaron
entrar por el hecho de ser pibes del pueblo que le daban de comer al Pub en epocas de vacas flacas donde las calles sin turistas parecian un espejismo, en resumidas cuentas durante el crudo otoño, el crudisimo invierno y la cruda primavera, casi todo el año.
Ni bien vi la guitarra radiante al frente de todo el
armado, y más atrás el bajo, una mesa con una netbook llena de ecualizadores
raros, la bata impoluta y el teclado casi escondido cerca de la barra sentí que
algo bueno estaba poder suceder. Lo cierto es que a los pocos minutos salieron
a escena Marcelo Monte, alias Coca, Martin Dejean, Federico Collelo y Julio
Breshnev generando con sus instrumentos una música nueva, circular, con aire a hit radial por donde se la escuche. El estilo (?) muy particular, oscuro, alternativo,
poderoso, sumergido en una lirica inspirada en las profundas razones del ser
humano enarbolada por una cruda y real mirada que nos refracta el lado más lubre y psicológico de la sociedad en la que vivimos causando en general
estados meteorológicos de buena incertidumbre.
Ver a Vetamadre
fue un momento único que quedo marcado por la sensación de rock por descubrir,
por la calidad de sus canciones y un sonido que en pocos shows pude
escuchar, las melodías del teclado, la batería meta palo y palo, la voz sesgada
escupiendo un resignado ¿Para qué? y
ese bajo justamente dosificado en movimientos y en sucesos que en sintonía con
todo lo demás pueden llegar a provocar que una persona muchos años después aun
se acuerde de ese instante como un momento de transformación. Por decirlo de
alguna manera aquel pedido expreso homologado en un Libérenme rotundo ante
tanto encierro mental subsidiado por millones de motivos cumplió su meta final, liberarme del letargo
con alas en la manos y sin nada que perder.
Cada cual en su historia va, cuanto más me acerco más me quiero alejar. Densidad, dificil respirar, cuanto más entiendo menos quiero averiguar.
*Tema recomendado: Liberenme
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